jueves, 2 de diciembre de 2010

DEL TORO Y SUS VAMPIROS

Los vampiros caminan entre nosotros. Y no me refiero a políticos, banqueros y demás especies chupasangre, sino a Drácula, a Nosferatu, al Wampir, al Strigoi, a Vlad... que invaden los cines, la televisión, las librerías.

Como todo en esta vida, hay aproximaciones buenas y otras que no lo son. Y es que el mito del vampiro es muy flexible. Se le puede abordar desde una perspectiva romántica, cómica o terrorífica.

Los vampiros de Guillermo Del Toro (La invención de Cronos, Mimic, Blade 2, El espinazo del diablo, Hellboy 1 y 2, El laberinto del fauno) son diferentes a la imagen popular: están desprovistos de glamour y sensualidad.

En La invención de Cronos el vampiro es un viejo anticuario que encuentra un mecanismo que lo llena de vida. Se envicia y llega a ser tal su sed que, en una de las escenas memorables del cine de vampiros, tiene que lamer unas gotas de sangre del piso de un baño público. En Blade 2 crea una nueva especie de vampiros: parecidos más a insectos que a condes; los colmillos son cambiados por todo un órgano de succión y lo hermoso por fealdad.

En Nocturna (The strain) y Oscura (The fall), las dos primeras partes de la Trilogía de la Oscuridad que escribe al lado de Chuck Hogan (El asedio, El príncipe de los ladrones), Guillermo retoma las ideas expuestas en La invención de Cronos y Blade 2 profundizándolas y entregándonos una historia totalmente diferente a las que hemos sido expuestos con anterioridad.

Todo empieza cuando un avión se queda varado en el aeropuerto. Primero se piensa en terrorismo, pero cuando encuentran en su interior a la mayoría de los pasajeros destrozados y a sólo unos cuantos supervivientes, la historia da una vuelta de tuerca. Después se piensa que se trata de una enfermedad, de un virus. Pero los organismos encargados, en su ineficacia y corrupción, sólo logran acrecentar el problema convirtiéndolo en una epidemia fatal y global.

El vampiro de Guillermo tienen una estrecha relación con el zombi: ambos son seres que regresan de la muerte, el hambre y la sed los hacen actuar violentamente y ambos hieden, están putrefactos. Y es que las víctimas no son "vampirizadas" suavemente en su lecho, son destrozadas, corrompidas y sólo regresan de la muerte por descuido o por un plan diseñado por los altos jerarcas.

Del Toro retoma detalles clásicos como la incapacidad de los vampiros a exponerse a los rayos solares y a la ausencia de su reflejo en los espejos. Más que un virus, son parásitos los que invaden la sangre de sus hospederos. Estos parásitos pueden ser destruidos con luz UV y con plata. Los espejos, sobretodo los antiguos, poseían una película de plata, por esto, al acercarse un vampiro su imagen se distorsiona y tiene que alejarse. Aquí de nada sirven los crucifijos y agua bendita.

Los personajes (humanos) no son los típicos adolescentes americanos. Son un par de burócratas, un viejo anticuario y un exterminador de plagas. A pesar de que la historia ocurre en Nueva York, la mayoría de los personajes secundarios son de origen extranjero, sobretodo, latinos.

A pesar de abordar científicamente el tema vampírico, Del Toro no abandona los elementos fantásticos. Existen seis grandes jerarcas: tres pertenecientes al viejo mundo y seis al nuevo mundo. Habían pasado desapercibidos hasta que un séptimo se rebeló y rompió el equilibrio.

También incorpora acontecimientos históricos reales como los campos de exterminio nazi (en específico el de Treblinka) y la tragedia de Chernobyl.

Julio Patán, en entrevista con Guillermo, destacó que sus novelas son muy cinematográficas y que su cine es muy literario. Guillermo comentó que antes de todo, es un gran lector. Que en El espinazo del diablo se basó en la obra de Rulfo y en El laberinto del fauno en la obra de Borges. Y que la parte más importante y nutrida de su biblioteca (que se antoja inmensa) está dedicada a los vampiros. Añadió que para estas novelas se basó en los vampiros de Soy leyenda de Richard Matheson.

En el ámbito personal, Guillermo es un tipazo: siempre sonriente y accesible; sus pláticas están llenas de humor y malas palabras, como si estuviera platicando con sus cuates en la sala de su casa; y hará memorables los escasos minutos que tengas frente a él.

Aquí un video (c/subtítulos) donde nos platica de sus novelas:




Aquí otro video (s/subtítulos) donde nos platica los libros que estudió a fondo para escribir las novelas.



Los libros que menciona son:
"Passport to the supernatural" de Bernhardt J. Hurwood.
"The natural history of the vampire" de Anthony Masters.
"Treatise on vampires & revenants: the phantom world" de Dom Augustine Calmet.

Entrevista tomada de RÉCORD al salir Nocturna:

Siendo cineasta, ¿qué te motivó para escribir una novela?
Siempre he escrito historias cortas, y como director he escrito guiones para películas, y aunque ya he publicado algunas de mis historias cortas, siempre tuve el deseo de escribir historias terroríficas para los lectores jóvenes. Creo que es un reto diferente.


¿Te inspiraste en algún autor?
En ese sentido mi favorito es Roald Dahl, pues me gusta la mezcla que hace entre lo grotesco y lo mágico. Algunos de mis autores favoritos son Jorge Luis Borges, Horacio Quiroga, entre otros. También encuentro inspiración en el trabajo de Charles Dickens, Wilde y Juan Rulfo.


¿Por qué elegiste a los vampiros como tema de tu primera novela?
Porque toda mi vida me he sentido fascinado por ellos, incluso desde un punto de vista naturalista. Mi primer película, Cronos, quise que se contara de forma diferente, un viejo mito como son los vampiros.

Cuando hice Blade II, se me ocurrieron muchas cosas acerca de la biología de los vampiros, pero muy pocas de ellas las pude presentar en la película, pues tenía que ser más de acción. Es por ello que en la novela quise retomar ciertas cosas, como los ángulos biológico, divino y evolucionista para explicar el origen del 'gene vampírico'. Quiero mostrarlos en una manera diferente.

En el libro pones a los vampiros como si éstos fueran una 'plaga' producto de un virus...
Sí, de hecho el que los persigue es un científico del Centro para Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Me encanta la idea de explorar a una criatura poderosa y diferente desde el punto de vista de un trabajador común. Aquí los vampiros no son 'light', sino verdaderos seres sanguinarios y asesinos a los que hay que hacer frente.


¿Cómo fue tu colaboración con Chuck Hogan?
Yo escribí la mayoría de los personajes y las ideas, y el inventó nuevos pèrsonajes y nuevas ideas. Fet, uno de mis personajes favoritos en la novela, fue invención suya. En realidad los dos editamos y le metimos mano al trabajo de ambos, por lo que fue una colaboración muy intensa.


¿Es cierto que elegiste personalmente a Chuck para el trabajo?
Me gusta mucho su estilo, y yo quería que él fuera mi socio en esta aventura porque tiene una gran sensación de realismo y porque nunca había escrito un libro de terror. Así que, en ese sentido, nos complementamos perfecto. Y aquí entre nos, algunos de los pasajes más sanguinarios de la novela son de su creación. ¡Descubrí que el hombre está enfermo!


¿Podrías adelantarnos un poco de qué es lo que habrá en los siguientes dos libros de la trilogía?
La segunda novela, Oscura, habla de cómo la humanidad va perdiendo su ventaja ante los vampiros, y también se verá algo del origen de esta raza de seres. Se verá como Nueva York está bajo la ley marcial y como la gente quiere salir de la ciudad. Y la tercera novela será la mejor, pues mostrará al vampirismo de una forma que nunca antes se había visto o escuchado.


¿Planeas llevar al cine la trilogía?
No lo creo, pues son muchas cosas como para comprimirlas en el formato de cine. Sería mejor si se hiciera serie televisiva.


Con referencia a esta última pregunta, Del Toro comentó en la presentación de Oscura en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, que mientras escribía con Chuck las novelas nunca se plantearon llevarlas al cine o a la televisión, porque eso los auto-censuraría, pero que una vez que salga la tercera parte lo estudiarían detenidamente.



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